
Ciertamente. Entre las muchas cosas que pasamos por alto en el viaje, están los olores. "Esta casa no huele a amor". Quizás el motivo sea la fuerza ejercida sobre una cerradura, o el miedo a ser feliz. En cualquier caso, siempre nos quedará tiempo para girarla unas diez vueltas. A lo mejor entonces, guiados por esa nota mal escrita, volvamos al lugar donde nos conocimos; no podía ser otro: una pista de baile.
Feliz cumpleaños.
10 comentarios:
Tu olor no pasa desapercibido "en el viaje". Y mi amor por ti da miles de vueltas a esa cerradura :-)
Sabía que te llamaría la atención lo de la cerradura. A mi me impresionó lo de la estirilidad y tal...
Alaaa... que empiece el debate. Por partes:
Jor: El tuyo tampoco. De lo otro... incuantificable.
Reich: Lo de la esterilidad no acabé de entenderlo como una realidad, sinó más bien como una especie de táctica entre compañeros (me cuesta explicarlo). Sin duda, me quedo con ese "miedo a ser feliz" que imperó en sus vidas, y que sólo supieron controlar en el punto de partida. El grado de estupidez humana es tal, que ni en cien vidas conseguiríamos valorar lo verdaderamente importante.
Pues el tiempo bien... no? No he visto la obra, pero me importaría una mierda si tuviera a escasos dos metros de mi cama a Andrés Suárez, la verdad.
Vale. Ahora me estoy descojonando.
No sé si realidad o táctica, pero ese monólogo es acojonante.
¿Más o menos que hipotecar tu vida en una tienda de electrodomésticos por amor a dos "hijos" que recurren a un tour ficticio por no estar a tu lado? Durillo.
Eso, ¿por qué quedarte con el lado cómico? ¿Hay lado cómico?
Quizás la amistad, otra vez. Y ahora vamos a seguir la conversación por msn, joooder!.
Ah bueno, siento haber chafado la obra a aquéllos que no la vieron (y lo pensaban hacer).
Nada... seguid... total, moriré congelada en breve.
Por cierto, feliz cumpleaños ;-)
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