19 de febrero de 2012

Anclado en la estación



Acostumbro a colgar canciones de Luis habitualmente. Nunca escribo sobre él, porque -a pesar del tiempo- no sabría cómo definirlo. Diré -eso sí- que su voz mueve mariposas en algún lugar de mi "ahí dentro". También puedo decir que disfrutar de un concierto suyo en el Libertad 8, acompañada -tan sólo- de un vaso de ron, forma parte de las mejores experiencias que viví jamás. Seguramente, porque hay momentos que sólo se pueden entender en soledad.
Soy su "sirena catalana", o eso puso en mi disco. Luis Ramiro es una gran persona, y tiene una voz que mueve mariposas.

"Y ví el mar en la Gran Vía"

17 de febrero de 2012

Perder el tiempo

Perder el tiempo no es mirar embobado
el cielo azul de las diez de la mañana.
No es hacerse el remolón en la cama,
decidirse por una leche con miel.

Perder el tiempo no es ir a buscarla a ella
para desayunar, sacarla de la cama,
desmenuzar las experiencias de la noche.

Perder el tiempo no es no tenerlo claro,
o cambiar el taxi por el autobús.
Subir la cuesta del parque del Oeste.

Perder el tiempo no es no saber adónde ir
ni adónde mirar.
Dejar el trabajo para más tarde.
Cancelar las citas del día.
Todas (hasta las verdaderamente importantes).
Dejar que pasen las horas de la mañana
fumando hachís entre medias y frío.

Perder el tiempo no es acercarse a un cuerpo extraño
con todas las dudas colgándote del pelo,
arriesgándote a no sentir,
a no percibir.
Tomar parte por el todo,
y no querer huir, que ya es tanto.
Recolectar colillas a las tres de la mañana,
oler los gatos en las escaleras.
Una rendición falsa, un aplazamiento.

En la cabeza otro nombre
a punto de salirse por la boca;
mirar de reojo, por si acaso estuviera.
Y sin embargo sentir,
sentir la calma.
A ratos mucha calma.
Las manos ásperas,
los labios blandos.

Hay algo en esta vida que me gusta.

Perder el tiempo no es pararse a mirar a través de los cristales.
Perder el tiempo es otra cosa.
Es estar muerto, en orden.

La herida costumbre ,de Lara Moreno.

15 de febrero de 2012

Poesía

No siempre estás a salvo delante de un libro de poesía. Ahora, que he conseguido leerte -desde el golpe mortal en el alma de tu primer verso, hasta el punto final- te quiero compartir. Sigo ahogándome, quizás no estoy preparada para tanta belleza. En tiempo, has sido lo más maravilloso que leí. Cuando me reencuentre con Benjamín, tu creador, no sabré si adorarle -aún más- o no perdonarle por este momento.

Mi amor, este poema

es para que lo leas cuando no esté a tu lado,

cuando no pueda ya cuidar de ti.


No te conformes nunca con alguien que no piense

que tu eres una llama más antigua que el fuego,

que tú eres su razón para vivir.


Aprende a no querer a los que no te quieran

y elige bien a qué le tendrás miedo:

no habrá sombra que oculte lo que tú temas ver.


Escapa del que piense

que el aire es la pared de lo invisible

y huye de aquel que crea

que es más feliz quien menos necesita,

porque ése no podría necesitarte a ti.


No te rindas, no olvides jamás que la tristeza

sólo es la burocracia del dolor.

Y si sientes que el mundo se derrumba,

no intentes abrazarte

a otro que esté cayendo a la vez que caes tú,

como yo hice contigo.


Algún día

tendrás que despertarte para salvar tus sueños.

Algún día sabrás que en las promesas

hay siempre un cristal roto

en el que aúlla el viento frío de la mentira.


Recuerda todo eso.


No escondas lo que sientes por miedo a ser frágil,

como aquellos

que por guardar tan bien lo que más les importa,

lo pierden para siempre.


Recuerda que no hay nada que no pueda

ocurrir cualquier día.

No olvides que esta obra ha terminado.

No olvides que le hablas a un teatro vacío.


Benjamín Prado ( Del libro "Marea humana" en su segunda edición ampliada).

Calle Melancolía

"A un cielo cada vez más lejano y más alto..."

11 de febrero de 2012

Fuego



Mirar el fuego. A veces, tan necesario como mirar el mar. (Sta. Eulàlia de Ronçana, 11-02-12)

3 de febrero de 2012

Madrid

Hay lugares a los que has de volver. No sabes muy bien cuál es la razón, pero necesitas sentir de nuevo su olor, su frío, su casi todo. A mí sólo me ha sucedido cuatro veces, y en este orden: Malecón, Praga (toda ella), más Malecón (esta vez el de Cádiz) y Madrid. No sé si será nostalgia o "vos-talgia" pero me muero por saborear un café en el Libertad 8, mientras suena cualquier canción de Luis.
Esta vez compartiré atajos con mi Canon, a la que acariciaré durante horas para captar la esencia -si es que se puede captar una esencia- de calles con humo -que no humedad- y tráfico de muchas cosas.
Madrid. Vamos pues.
PD. Antes del viaje, lujazo para nuestros sentidos. Flaco graba disco en directo esta noche en el Juventut, y mañana regresa Andrés Suárez al Oncle. Sí, la vida tiene su puntito.
Sed felices.
PD2: Este video es del primer Cantaurock, hace ya dos años. Qué delicia recordar un trabajo tan noble (Jose y Marcel, qué bueno es teneros cerca!)

2 de febrero de 2012

Amor a primera vista

Me despierto pronto. Hoy el frío se clava en los huesos, como se clavan en el alma las malas noticias, las despedidas.
Me has abrigado tantas noches... La magia de una vida intensa se intuye en cada una de las arrugas de tus manos, y la capa de humo que envuelve tu mirada cansada disimula -si es que es posible disimular- el sufrimiento de quienes siempre deseamos un poco más.
Wislawa, descansa.


Ambos están convencidos
de que los ha unido un sentimiento repentino.
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.

Imaginan que como antes no se conocían
no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos
en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?

Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o algún "lo siento"
o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfono-,
pero conozco su respuesta.
No recuerdan.

Se sorprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo
que la casualidad juega con ellos,

una casualidad no del todo preparada
para convertirse en su destino,

que los acercaba y alejaba,
que se interponía en su camino
y que conteniendo la risa
se apartaba a un lado.

Hubo signos, señales,
pero qué hacer si no eran comprensibles.
¿No habrá revoloteado
una hoja de un hombro a otro
hace tres años
o incluso el último martes?

Hubo algo perdido y encontrado.
Quién sabe si alguna pelota
en los matorrales de la infancia.

Hubo picaportes y timbres
en los que un tacto
se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a otra, en una consigna.
Quizá una cierta noche el mismo sueño
desaparecido inmediatamente después de despertar.
Todo principio
no es mas que una continuación,
y el libro de los acontecimientos
se encuentra siempre abierto a la mitad.

De "Fin y principio" 1993
Versión de Abel A. Murcia
Wislawa Szymborska (1923-2012)

1 de febrero de 2012



¡Malditas libertades individuales! Espero, impaciente, el momento en que prohiban hablar a más de un@!