15 de febrero de 2012

Poesía

No siempre estás a salvo delante de un libro de poesía. Ahora, que he conseguido leerte -desde el golpe mortal en el alma de tu primer verso, hasta el punto final- te quiero compartir. Sigo ahogándome, quizás no estoy preparada para tanta belleza. En tiempo, has sido lo más maravilloso que leí. Cuando me reencuentre con Benjamín, tu creador, no sabré si adorarle -aún más- o no perdonarle por este momento.

Mi amor, este poema

es para que lo leas cuando no esté a tu lado,

cuando no pueda ya cuidar de ti.


No te conformes nunca con alguien que no piense

que tu eres una llama más antigua que el fuego,

que tú eres su razón para vivir.


Aprende a no querer a los que no te quieran

y elige bien a qué le tendrás miedo:

no habrá sombra que oculte lo que tú temas ver.


Escapa del que piense

que el aire es la pared de lo invisible

y huye de aquel que crea

que es más feliz quien menos necesita,

porque ése no podría necesitarte a ti.


No te rindas, no olvides jamás que la tristeza

sólo es la burocracia del dolor.

Y si sientes que el mundo se derrumba,

no intentes abrazarte

a otro que esté cayendo a la vez que caes tú,

como yo hice contigo.


Algún día

tendrás que despertarte para salvar tus sueños.

Algún día sabrás que en las promesas

hay siempre un cristal roto

en el que aúlla el viento frío de la mentira.


Recuerda todo eso.


No escondas lo que sientes por miedo a ser frágil,

como aquellos

que por guardar tan bien lo que más les importa,

lo pierden para siempre.


Recuerda que no hay nada que no pueda

ocurrir cualquier día.

No olvides que esta obra ha terminado.

No olvides que le hablas a un teatro vacío.


Benjamín Prado ( Del libro "Marea humana" en su segunda edición ampliada).

3 comentarios:

Jordi dijo...

Es una delicia. Usté sabe que yo quererla con toda el alma, no?

Mariajillo dijo...

Pues claro que lo sé!! Aunque me encanta oirlo, porque a veces se me olvida :-)
Es bonita, ¿verdad? Algún día yo escribiré algo así, y tú lo cantarás!

Jordi dijo...

Uf... no sé yo, eh? Y nada... que te...