28 de junio de 2012

Barniz



Dice J. que, a lo largo de su vida, ha ido fortaleciéndose a base de hostias. Que aprendió, cuando era adolescente, a no esperar demasiado de nadie, salvo de él mismo. También dice que llegaré a pensar de igual modo, y que, entonces, encontraré ese lugar o estado de tranquilidad que tanto necesito. Quizás tenga razón, y lo más práctico en estos tiempos sea abrazarse a una misma, rodear las piernas cansadas, con unos brazos, también cansados, y mirar algún mar amigo, cómplice y callado. Porque, seamos realistas, las palabras ya no forman idiomas inteligibles, y los círculos -bolitas- esperanzadores (por ser verdes) ahora son grises, como el color de la ceniza en que se convierte casi todo lo que ya no respira.
Hoy encendí la luz, cuando vi a Peter revolotear por mi ventana, porque el crecer ya no es el maleficio de unos pocos, sinó mi realidad inmediata. Crecemos, y nos convertimos en orden y pautas que nos van marcando el camino dictado por cualquiera, no importa quién, mientras no sea el que deseamos. Pero no pasa nada, porque cuando nuestros días se consuman como el cigarro que fumo a escondidas, tendremos la certeza de haber hecho lo correcto.
En los últimos meses he caminado sin saber demasiado bien hacia dónde. Y sigo perdida. Posiblemente porque no estás a mi lado para indicarme el camino menos pedregoso. Te continúo explicando mi historia más tarde, cuando consiga dormir y tus besos traspasen mi frente en forma de respuestas.
Mañana concierto. Y pasado también. Los acordes dejan de ser relevantes, y la clave de sol que vestirá mi muñeca izquierda os invita a ser mis compañeros de vida, mis anhelos, mi rabia, mis fobias... Y yo, en el día del orgullo, no puedo sentirme más afortunada.


Ojalá estuvieras aquí

25 de junio de 2012

En los árboles



Esta canción ha marcado mi fin de semana, difícil será que salga de mi cabeza en mucho tiempo... 

19 de junio de 2012

Si te he visto, no me acuerdo

Tengo pendiente escribir sobre ti, que andarás callejeando por Chueca, en busca de algún refugio que te mantenga a salvo. Prometo dedicar unas horas de mar para pensarte y explicarte -quizás por aquí- que no se han inventado, aún, las palabras que definan nuestro idioma. Ay, qué torpeza la mía! Mal vamos si no soy capaz de hacerte entender que nada ni nadie puede hacer sombra a tanta poesía.
El viernes toca Fran en el Oncle, y no podré engañarte para que me acompañes.
PD. Día de mierda.
PD2. Olores, miradas, sonrisas y abrazos que curan un día de mierda
PD3: Josete y Xavi, hoy me salvásteis.
PD4: David, supongo que lo habrás deducido, pero -hasta que encuentre esas palabras- guarda esta entrada. Es tuya.

10 de junio de 2012

Magia, siempre.




Después de una semana febril y de contínuas decepciones, me doy cuenta de que -ni antibióticos, parecetamoles ni ibuprofenos- a mí lo que me cura es la música. Y escucharte susurrarme al oído eso de: ven, ven, ven, ven... mi buena suerte!
Dos de los tantos momentos excepcionales vividos este fin de semana... Pura magia, compartida con las mejores personas del mundo, mis amigos y, contigo.

4 de junio de 2012

Anginas, música y ron



Cuatro días de recuperación para plantarme en mi lateral particular del Oncle, ron en mano y los sentidos preparados para perderse por un mundo de acordes azules. Y que terminen, de una puta vez, los delirios, miedos y pesadillas.