16 de septiembre de 2008

Pero sucede también...

Los últimos días, más bien las últimas noches, cuando ya no quedaba momento ni lugar para seguir bebiendo, se desvanecían entre mis neuronas ciertos pensamientos más o menos contables y cantables. La amistad, el amor, la memoria, el apego... palabras que sólo de olerlas me producen un cierto miedo... y es que, con el tiempo, una deja de creer en casi todo, y empieza a hacerlo en sí misma. Y en eso estamos... a ver si, en un golpe de suerte, un día de estos me encuentro de una puta vez.

El caso es que hace un momento escuché un tema del Serrano que viene a decir que siempre hay algo o alguien que nos da ese empujoncito hacia un estado mejor, o, al menos, diferente. Un momento orgásmico en el que nada importa, salvo el saber estar y el saber ser capaz de encontrar una cierta continuidad... o sencillamente, saber disfrutar de esas pequeñas cosas que nos rodean y que, por no sé qué jodienda del ahora, no somos capaces de percibir. En fin, que me voy a la cama, no todas las revoluciones se hacen tras la trinchera.

3 comentarios:

Jota Cursiva dijo...

"Porque sabemos hacer del escapismo un arte. Porque siempre queda espacio para nuevas libertades. Porque tu amistad me sostiene de cumbia madre"

Te encuentres o no, los demás lo hemos hecho... y ha sido un bonito hallazgo.

Hoy se te quiere especialmente, atontá.

Anónimo dijo...

Gracias...leerte me ha recordado aquello que yo me digo mucho pero que paso un guevo de escuchar.
L.

Mariajillo dijo...

No acabo de saber quién eres...