19 de abril de 2009

El mundo al revés

En sus últimos conciertos, Ismael Serrano hablaba de la casi invisible línea que separa el deseo de la realidad; el deseo de reencontrarte con alguna persona que hace siglos que no has visto, por ejemplo. Y eso le sucedía al protagonista de una de sus canciones (Recuerdo)...
Entre la multitud es fácil equivocarse, las prisas del día a día, la extraña rapidez del tiempo o el injusto devenir de urgencias sin importancia nos obligan a deambular sin prestar demasiada atención a prácticamente nada, o prácticamente nadie. Y entre informes de última hora y discusiones sobre quién será el afortunado ganador de esta liga se nos escapan un sinfín de historias sin contar, de miradas de reclamo, de sutiles gestos de añoranza... se nos escapa la vida, la de verdad, la que ansiamos encontrar, sin ser conscientes que está ahí delante: en la copa de vino de cualquier cena, en el tablero de trivial de una noche entre amigos, en el cd que dejaste encima de la mesilla, en los texto de Neruda... Y aún así, a pesar de la vida misma, al terminar de cenar nos apresuramos a limpiar las copas, guardamos el Trivial al fondo del fondo de algún armario, no acostumbramos a escuchar música por falta de tiempo, y Neruda nos acompaña sólo cuando las obligaciones nos ceden un par de horas...
Y así es el mundo al revés...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sí, pero nosotros el vino lo bebemos en cachis, las partidas de trivial son interminables, la música nos alimenta y Neruda... ya sabes...
Ale, feliz tarde de domingo.
Jor.