2 de enero de 2019

Un año más, un año menos..

Mi amiga Raquel dice que si ves claramente que algo no es bueno para ti y continúas ahí, toda responsabilidad recae sobre ti. Imagino que tiene razón, con el matiz de que no solo la vista forma el mapa de nuestros sentidos, ni siquiera -en algunos casos- se podría definir que hay sólo cinco. Pero sí, esencialmente, hay situaciones que son como si alguien te regalara un pasaje para viajar en el Titanic y tú lo aceptas con la ilusión y la convicción de que es lo que más deseas en el mundo. Lo triste, y grave, es que te sabes bien la historia, y conoces el final. 
Imagino que por esa razón una termina queriéndose un poco menos de lo que ya lo hacía, si eso es posible. El camino del “autoperdón” es largo y -en ocasiones- tenebroso; y el duelo de la dignidad tiene demasiados tentáculos. A pesar de que la ayuda externa es bienvenida y necesaria, jamás es suficiente para saldar esa deuda tan grande que has contraído contigo misma. 
En esas estamos, en esas seguimos y en esas permaneceremos, en un plural obligado y justo que incluye a un montón de personas que han considerado opción posible y válida el hecho de regalarme su tiempo, su casa, su hombro, su alegría y su estima. La amistad es para mí lo más importante del mundo, lo digo así de clara y sencillamente. Si alguien ha tenido la ocasión de ver Vientos de agua, recordará esa escena en que Gemma, siempre lúcida, dulce y maravillosa, entona un discurso acerca de la importancia de no rendirse, “siempre avanti” y al final, casi ya en un susurro pero con la mirada segura y confiada añade “no estás sola”. 

Que el 2019 os ponga en el camino a personas bonitas, auténticas y honestas. Salud, calma, amistad, amor/sexo (me niego a separarlo), música, trabajo (os adoro, enanxs), deporte.. Creo que en ese orden pero no estoy segura. En cualquier caso, que os depare momentos bonitos. Ojalá sea así.. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pequeñaja preciosa...... todo va a estar bien!