23 de septiembre de 2009

Gulliver

Hacía demasiado que no escuchaba a Sabina... con él me pasa algo bastante paradójico, y es que la canción que más me gusta es la que me hace sentir más triste... recuerdos quizás, desarraigo, qué sé yo... es la ley.



Un día
los enanos se rebelarán
contra Gulliver.
Todos los hombres de corazón diminuto
armados con palos y con hoces
asaltarán al único gigante
con sus pequeños rencores, con su bilis,
con su rabia de enanos afeitados y miopes.
Pobre de tí, Gulliver, pobre de tí,
el día que todos los enanos
unan sus herramientas y su odio,
sus costumbres, sus vicios, sus carteras,
sus horarios. No podrán, no podrán,
no podrán perdonarte que seas alto.
Para ellos la generosidad no es más que un lujo que no pueden pagarse,
viven alimentados por la envidia que los habita en forma de costumbre.
Míralos revolverse recelosos tras sus gafas de concha.
Te acusarán, te acusarán, te acusarán:
de ser el tuerto en el país de los ciegos,
de ser quien habla en el país de los mudos,
de ser el loco en el país de los cuerdos,
de andar en el país de los cansados,
de ser sabio en el país de los necios,
de ser malo en el país de los buenos,
de divertirte en el país de los serios,
de estar libre en el país de los presos,
de estar vivo en el país de los muertos,
de ser gigante en el país de los enanos,
de ser la voz que clama en el desierto,
de ser la voz que clama en el desierto.

Sabina

10 comentarios:

Supersan dijo...

Vaaaa... no te creo. ¿Gulliver es tu canción favorita? ¿Por qué desconozco este dato? Eso sí, perfect es la canción, un rato largo...

Mariajillo dijo...

Quizás por el mismo motivo que no sabías que me gustaba Tarantino; va a ser que no acostumbras a escucharme (y cuando me escuchas, tampoco me haces mucho caso...) ;-)
Digamos que Gulliver es especial. Recuerdo una imagen de cuando era muy pequeña... los domingos para desayunar mi padre solía hacer magdalenas con vino y azúcar; y acostumbraba a tararear esa canción... Un enano con alma de gigante.
(Nooooo, el tocinillo "más crudito" era los sábado, tsss).
¿Perfect? Me meoooo.
Ale, nos mensajeamos curranta. Ven pronto!

Anónimo dijo...

Se peinaba a lo garçon
la viajera que quiso enseñarme a besar
en la gare d’Austerlitz.

Primavera de un amor
amarillo y frugal como el sol
del veranillo de san Martín.

Hay quien dice que fui yo
el primero en olvidar
cuando en un si bemol de Jacques Brel
conocí a mademoiselle Amsterdam.

En la fatua Nueva York
da más sombra que los limoneros
la estatua de la libertad,

pero en desolation row
las sirenas de los petroleros
no dejan reír ni volar

y, en el coro de Babel,
desafina un español.
No hay más ley que la ley del tesoro
en las minas del rey Salomón.

Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis sueños va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer.

Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad

que mordieron el anzuelo,
que bucean a ras del suelo,
que no merecen nadar.

El Dorado era un champú,
la virtud unos brazos en cruz,
el pecado una página web.

En Comala comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver.

Cuando en vuelo regular
pisé el cielo de Madrid
me esperaba una recién casada
que no se acordaba de mí.

Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis venas va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un liguero de mujer.

Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad

que perdieron las agallas
en un banco de morralla,
en una playa sin mar.

Esta es tu canción Ajillo, me equivoco?

Mariajillo dijo...

No, no te equivocas... Qué sorpresa! Nunca hubiera pensado que lees este blog...
"Qué es de tu vida?
Me alegro de verte..."

Jordi Garrido dijo...

Nunca "nunca pienses"... es de lo primero que hago cada mañana.

Mariajillo dijo...

Joder, cuánto te necesito...

Anónimo dijo...

Parece que ya estamos todos. Que digo yo... ¿montamos el club de los treintañeros melancólico-compungidos?

Mariajillo dijo...

Flipadita... que yo todavía no los tengo. Y bueno, con un poquito de alcohol podríamos mirar de aplazar eso del club.
Pelín hardcore mi tarde, por cierto.

Anónimo dijo...

Se acabó la tontería Gulliver. Arriba.

Mariajillo dijo...

Despierta? Jodidas distancias físicas, jodidas distancias. Voy a ver si compro un poco y me callo.