21 de octubre de 2011

Malos tiempos

Para la lírica. Escribir tanto por aquí no es buena señal, sobre todo, cuando poco tienes que decir. El miedo, a veces, te paraliza los dedos, y casi prefieres el tembleque de la euforia al estruendo del silencio en las pestañas.
Mientras, en algún lugar del mundo, torturan a quien torturó. Y las masas, limpias de pecado, aplauden la venganza, con las manos manchadas de sangre.
Se acabó el terrorismo, dicen.
Me atraganto con el mundo. Acción, reacción, repercusión, que dicen algunos. Y los vuelos a ninguna parte están por invertarse. Me tiro a las frases cortas, a los puntos suspensivos, y a los pretéritos (imperfectos, siempre).
Un panorama curioso, el nuestro. Espíritus viajeros atados a una silla sin ruedas. Opacos para que nadie perfore sus canciones, con el run run de la sabiduría extrema y la superioridad moral.
Equivocarse conlleva al fin. Vivir equivocado te conduce directamente al infierno. Y así, te arrastras -convencido- por el camino de la normalidad. Porque, en el fondo, no sabes ser de otra manera.
Cae la tarde y se avecina concierto, esta vez, sin alcohol. La música, nuevamente, te empuja hacia adelante. Pero tienes las manos heladas, y eso sólo te sucede cuando tienes mucho miedo.

3 comentarios:

Sandra dijo...

Joder Ajillo, es viernes. La semana que viene liquidamos lo laboral, y la otra... :-)
Mira que me da a mí que hoy va a ser un gran concierto, oye...
Te voy a dar un achuchón que te vas a cagar la pata abajo, oh yeah!

Jordi dijo...

¿Qué pasa aquí? Que canto el día 4 y paso de energías negativas. El miércoles podríamos vernos.
Sandra, tú liquidar? Y lo más sorprendente ¿laboral?

Mariajillo dijo...

La semana que viene me tendréis que visitar en el curro, porque viviré allí (otra de las cosas que me toca bastante la polla). Me voy pa la ducha, mañana hablamos.