22 de abril de 2012

Grandes pactos del alma

El fuego que representa a los sagitario nada tiene que ver con la llama viva de otros signos. Los astros dicen que siempre fuimos más "de brasas", que incitan a acomodarse tras su calor y jugar a arreglar el mundo. Mentes inquietas, que juegan a sortear obstáculos hasta llegar a decenas de metas equivocadas. Algo así nos explica la ponente del taller "La astrología terapéutica como herramienta para constelar tu vida", quién -hábilmente- me mira y apunta que la mayoría de sagitarios son maestr@s, filosof@s, sociólog@s... Explica, también, que -al nacer- cada uno de nosotr@s firmamos una serie de pactos con nuestra propia alma que determinan, de un modo muy general, nuestras líneas de actuación. Es importante vivir en armonía con dichos pactos, para sentirnos más o menos tranquil@s y en paz. Pactos que tienen que ver con la posición de los astros justo en el momento de nacer, con sus energías, sus características particulares. Yo no tengo ni puta idea de qué carajo firmó mi alma al nacer, pero -últimamente- tengo la sensación de no andar en la dirección correcta. Por eso, empieza a ser necesario un cambio, introspectivo, interspectivo o suputamadrepectivo, pero algo a de suceder -pronto- que me ayude a entender que este viaje vale la pena. Mientras tanto, recurrimos a los clásicos refugios, que nos recuerdan -de la manera más dulce- que la búsqueda de la felicidad es un juego que se desarrolla en compañía.

4 comentarios:

David dijo...

¿Qué tal la danza chamánica? Te echo de menos. El libertad 8 luce más con vos.

Mariajillo dijo...

Ese taller ha pasado a llamarse "Taller de hiperventilación, mareo, y consecuente hostión"... qué mal rato! Jacobo y yo ni lo hemos acabado.
Qué envidia me das en ese Libertad!! Creo que -en breve- tocan Maru y Luis en Galileo, y el 3 Andrés presenta las canciones que no debió componer en el Hagen, tú mismo.
(Yo tb te echo de menos)

Dav dijo...

¿Te vienes el 3 o qué? ¿Haces puente?

Mariajillo dijo...

No, a las dos preguntas.
1. Trabajo
2. No, trabajo
Qué vida tan al límite la mía, que no?