4 de marzo de 2014

Caída libre

Esos momentos en que, no me engaño, continuar caminando es perder el tiempo. Me detengo, con una prudencia similar a la que usan sístole y diástole para bailar ese vals que es vivir. A veces, empezar de cero es aguardar en cualquier lugar donde sentirse a salvo del murmullo ensordecedor, del miedo, de las palabras bala o de los silencios torturadores. Me siento a salvo una tarde de domingo en tu casa, escuchando, a lo lejos, a los comentaristas de algún partido que parece emocionarte. Y todo es como hace un año, y sonrío, quieta e inmóvil, en caída libre..


3 comentarios:

Unknown dijo...

No me puede gustar más esta entrada ¿vuelves para quedarte?

Mariajillo dijo...

¿Me he ido alguna vez?

Anónimo dijo...

Es imposible que me gustes más, aún más...