25 de mayo de 2014

Compás

¿Qué más da que intente regalarte entradas, si lo que no escribo también es tuyo? No me había fijado en las líneas tan perfectas que forman los pliegues de la servilleta de bar donde apuntaste algo de un rayo. Ya no la miro, la contemplo, como si se tratara de una copia artística que espera su estricto comentario. Y me fijo en los detalles de tu letra, en las curvas medio circulares que sostienen la S, un infinito incompleto y vertical, del que podría colgar -nuevamente- nuestra ropa al compás de la misma canción de ayer, y anteayer. La vida nos ofrece estos momentos, para que estemos en una eterna deuda con ella.. Ya no me atrevo a fallarle.. Sólo intento encontrar el modo de estar a su altura, y caminar en consonancia al abanico de verdes que nos coloca delante para que nos arropemos de esperanza.
La cursa bien. Creo que hubiera seguido corriendo todos esos kilómetros que nos convierten en esclavos de la tecnología. Creo que sí. Y ahora.. di si me harás un hueco para ir a dormir..



6 comentarios:

Anónimo dijo...

Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón...
(Sí)

Anónimo dijo...

Feliz martes, mi maga. 4 días.

Mariajillo dijo...

Toda una eternidad.. Feliz sea pues, mi todo.

San dijo...

Sois de un cansinazo! Ajo, tu "dios" cruzarse conmigo en la avda catalunya, y yo marearme y tó...

Mariajillo dijo...

Desde que le oí conjugar el perfecto simple con la E, dejó de ser mi dios; de hecho, ayer me tuve que poner los cascos para poder prolongar un poquito más esta devoción..
Va tonta! te dejo venirte a conocer mi pueblo.. Paella el sábado..

San dijo...

Ya molaría ya, la matisse me trae muy buenos recuerdos.