12 de octubre de 2008

Mensaje en una botella

Hace ya siete meses, tres días y dos horas
naufragué en esta isla que no está en ningún mapa.
La primera semana lloré como un muchacho
asustado y el miedo vino a vivir conmigo.
Luego maldije a Dios los quince días siguientes.
Y me pasé tres días sin agua ni comida.
Los siguientes dos meses he añorado tu cuerpo
y soñado con el tibio roce de las sábanas.
Cada noche encendía hogueras en los montes
pendiente de que un barco pasara por delante
de esta isla maldita . Y en la playa he dejado
mensajes de socorro pidiendo que vinieras.
Arrojé cien botellas con mensajes urgentes.
Y durante tres meses aprendí que la vida
es un cangrejo, un fruto, el agua del torrente,
el sol que cada tarde pinta de rojo el agua.
Ya no siento temores. Recuerdo vagamente
que más allá del mar hay fusiles y espadas
y hombres que maldicen haber nacido un día.
Y que aquel mundo era una isla de monstruos.
Ayer me desperté cantando sin que nadie
me dijera: “Estás loco ¿A qué tanta alegría?”
Y cada tarde escribo en la arena unos versos
que borran las mareas y que de nuevo escribo.
Hoy he visto pasar un barco no muy lejos.
He apagado raudo la luz de las hogueras
y he borrado todos los mensajes de auxilio.
Afortunadamente el buque ha pasado de largo.

Pd1. No es un tema de amantes o amigos. Ya me encontré, ahora sólo necesito poblar mi isla. Deseé que vivieras en ella. Pero acepto, feliz, que sólo seas un huesped. Siento esta tarde.

Pd2. Me conoces tanto que es imposible coger un desvío. Gracias por esta tarde.

Pd3. Te amo. Creo que viviremos solos en esta isla, y nada en el mundo me puede hacer más feliz.

Ale, pa los tres "hombres de mi vida". Al menos a día de hoy.

2 comentarios:

Jota Cursiva dijo...

Te lo puse hace unos años por tu cumpleaños... a pesar de la repetición, me sigue pareciendo perfecta para ti... y para mí:

Quiero que seas mi amiga por siempre
para poderte regañar.
Quiero que seas mi amiga por siempre
para poderte obedecer.

Y quiero que olvides que más dura será la caída de los dos.

Quiero que pongas siempre la sonrisa que me recuerda a mi mamá.
Quiero que siempre me cierres las puertas, para que no pueda escapar.

Qué gestos, qué maneras
te gastas al enfadar...
Quiero que siempre vayas a mi vera,
para poderlos contemplar.

Te quiero.

Anónimo dijo...

Me gustan las personas genuinas. Por eso me gustaste la primera vez que te ví, envuelta en trapos de DNKY, en un pub gay y pidiendo al DJ un tema de Extremoduro. Y luego dime raro.
También me gustas cuando jugamos a cartas y tiras el rey porque, según tú, se siente solo. O cuando preguntas en cualquier tienda por "la sección no horrenda".
Y ahora bien... ¿dices que tu isla está equipada para que se produzcan situaciones tan dispares?