6 de octubre de 2008

Yo sé que mi vida es un exceso...



Pocos hombres me ponen tanto como Robe. De joven, esta foto presidía mi escritorio y me ayudaba a que las horas de estudio fueran un tanto menos aburridas. Mirarla suponía pensar en Pueblo Nuevo, en los litros de kalimotxo que se esfumaban en la sobremesa y comenzaban a hacer su función a eso de las 6 de la tarde. Hora en que irrumpíamos en cualquier garito para continuar bebiendo... Por aquel entonces, no percibíamos el paso del tiempo; como mucho lo notaba el estómago, o la garganta... BB+, Ceferino, Pepe y Q3, este era "el rollo de siempre". Al Lobo, casi siempre, iba yo sola. No quería terminar la semana sin verle, aunque fueran unos pocos minutos. Casi siempre estaba acompañado, hecho que me empujó a suplirle por no sé cuántos intentos de relación fallida... eso sí, de autoestima andaba bien servida, y de buena fama, también.
Casi diez años callejeando por allí, cada rincón es una canción, un recuerdo... descampados por los que sólo paso acompañada por un nudo en la garganta, matices, miradas, sexo en algún baño, pactos de amistad eterna (ahora ya rotos)... Momentos únicos, todos ellos distintos salvo en un pequeño detalle... la banda sonora siempre la ponía él.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Diez mil borracheras, diez mil resacas..."
En el baño del BB+ siguen escritos nuestros nombres.

Anónimo dijo...

Perdone usted señorita, pero los baños del bb+ han sido pintados y repintados... así que nuestros nombres...
Jor.

Jota Cursiva dijo...

Y lo poco que te gusta ahora esa zona...