26 de noviembre de 2008

Llamadas perdidas

El paso del tiempo no deja a nadie indiferente, y menos cuando vives sin miedo a los excesos. Llega a ser preocupante como ciertas ideas de discutible importancia rondan en la cabeza de una durante años, y un buen día, ceden amablemente el paso a verdaderas obligaciones. Tareas que no puedes eludir, y que te dejan sin fuerzas, sin sonrisas, sin tiempo... y esta vez el paso del tiempo ya no es una putada ajena, sino una realidad propia, que vive en cada cena, en cada canción...

Cada vez cuesta más trabajo hacer planes y no anularlos a última hora por una llamada urgente, inquietante. Relativizar, esa es la palabra. Mirar alrededor, y comprobar que no estamos tan mal, consejos de siempre, inútiles, por otra parte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta mañana me fijaba en tus manos, me encantan. Por cambiar de tema y tal...