18 de noviembre de 2008

Mañanas

Me gustan mis despertares. A eso de las 6.30h, puntual, Calcetín se enzarza en una especie de lucha ruidosa con la planta de la habitación, mientras Josete intenta, sin demasiado éxito, atraparlo y encerrarlo en algún otro lugar de la casa. A partir de entonces es imposible conciliar de nuevo el sueño, y el mal humor matinal comienza a transformarse en risas, los gritos de rigor, escenas un tanto absurdas y pequeñeces que hacen de esas horas la mejor manera de comenzar el día.
Los martes, además, suelen ser aún más especiales, porque, desde hace una eternidad, Jor y yo aprovechamos "el mercadillo de debajo del puente" para tomar el primer café, acompañados siempre del bullicio tan característicos de las paradas, los primeros gritos de reclamo de los vendedores y ese mítico olor a pueblo... Con un frío que te llega al último hueso del cuerpo, a las 7.12h pedimos ese "cafelito bueno", y conversamos sobre cualquier vanalidad, o no...
En definitiva, me gustan los martes, me gustan mis mañanas, me encanta que forméis parte de ellas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Increíble tu regalito! Pusiste el listón altísimo... pero lo voy a superar...
Te extraño