7 de julio de 2009

Decidí

Decisiones, todas válidas, aceptables, más o menos meditadas, crueles, porque por más atractivas que parezcan, a ver quién está inmune a esa dosis de renuncia que conllevan. Decidir es perder, siempre. Pierdes la razón, el control de las situaciones, las ganas de ganar. Decidir es lamentar no poder ser plenamente feliz, con un poco de suerte, o morir ahogado en tu propia elección, con menos fortuna. Decidir es odiar a quién te empujó al caos, sin ser consciente de la descarga de miedo que dejó en tus manos, la noche en que decidió acariciarlas.
Finalmente, después de desenredar cientos de nudos de un hilo casi imperceptible, sólo quieres salir corriendo, esconderte en un rincón donde suena esa canción que te vuelve loca, gritar que estás viva, plantarte delante de cualquier mar y sonreír, y dejar atrás un mundo que, en un último intento de ponértelo fácil, te dió la opción de decidir.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero es que la vida es eso, contínuas decisiones... siempre, ante cualquier circunstancia más o menos relevante, hemos de escoger. Sí, perdemos y a veces nos equivocamos, pero hasta en esas circunstancias tenemos la bendita oportunidad de aprender. Yo creo que has tomado la mejor decisión... Un abrazo morena. Te quiero, de aquí a Lima.

Mariajillo dijo...

Yo también, y te agradezco, no sólo tu tiempo y comprensión, sino también tu saber estar. Hoy como con dos compañeros de trabajo, mañana me irá mejor.

Anónimo dijo...

¿Qué dises con el estado "desconectado"?
"En Madrid seguía lloviendo, tal y como lo dejé"...
Besetes
san

Mariajillo dijo...

Nada de "desconectado", llegué hace un momento.
Je, Vine del norte, la voy a poner cien veces.
Gracias por el regalito, me gustó mucho.