10 de noviembre de 2012

Pequeñas mentiras sin importancia


"Pequeñas mentiras sin importancia gira en torno a las vacaciones de verano de un grupo de amigos; unas vacaciones vistas no sólo como un acto de escapismo, sino también -y sobre todo- como el ejemplo máximo de su egoísmo. Y es que en esas ganas de pasarlo bien, esa necesidad de que nada se tuerza, de que ni siquiera las comadrejas amenacen la calma del refugio playero, hay mucho de dar la espalda a la realidad, a sus problemas y a los de los demás. Se consuelan pensando que no han abandonado a su amigo hospitalizado porque van a acortar las vacaciones: dos semanas en vez de un mes, y al fin y al cabo sólo estarán a una hora de avión de París".

 Pues sí señores! Así somos los humanos. Nos refugiamos en esas pequeñas mentiras porque es mucho más fácil así, porque mentir -a veces- es un acto inocente. Acostumbramos a mentir a los demás con pleno convencimiento de que es lo mejor para ellos, cuando -en realidad- sólo estamos pensando en nosotros mismos. Y -cuando mentimos- el momento de sinceridad parece lejano, como la costa cuando viajas en proa, olvidando que existen bancos de arena, pérdidas y sucesos imprevistos que te empujarán a mirarte al espejo y ser sincero de una vez por todas. 

Esta joya también se detiene en la importancia del lenguaje, y -sobre todo- del uso que hacemos de él. Maravilloso ejemplo al hilo del cómo decimos las cosas: "Masaru Emoto puso arroz hervido en dos tarros y los cerró; a un tarro le colocó una etiqueta con la frase "Te quiero" y al otro una etiqueta con la frase "Te odio". Día a día, al primer tarro le agasajaba con palabras cariñosas, mientras al segundo le escupía palabras llenas de rencor. El arroz odiado se pudrió enseguida, mientras el arroz amado seguía intacto". No sé si el experimento es cierto o no (igual lo pruebo) pero la metáfora es cojonuda. Qué diferente sería todo si fuéramos capaces de cuidar y mimar a las palabras, a las personas...

3 comentarios:

David dijo...

Y lo dices tú, que llevas todo el día asustando a personas inocentes... "La tata Mariajo es mala?" Me pregunta Arnau.
Muy buena esta entrada.
Muy buenos todos en esa túnel, he flipado contigo y con Cristina, en serio.

Mariajillo dijo...

Dios! Se me ha quedado grabada la cara con que me miraba... pobret! De todos modos, le he dejado quitarme el maquillaje, y le he explicado que "era una película", ha estado merendando con nosotros (te dije que era muy chiquito para entrar).

Sandra dijo...

Amorcillo, suerte mañana y pasado! Te llamaré mil veces ;-)