26 de febrero de 2015

Finales

Resistencia. Mantenerse firme a unos principios que -burlas semánticas a un lado- buscan vivir su propia historia, con final, como todas las historias. 
Adaptación. Llegar a divertirte poniendo a prueba  a ese yo social, para el que siempre es época de Carnaval. 
Cadiz. Pasear por La Caleta. Guitarras como terapia alternativa a una vida de arena y cal. Ron para celebrar el éxito de recordarte cada día, un poco menos.
Recuerdos. Dedicar un espacio privilegiado de la memoria a honrar y venerar a quienes -entonces- se burlaron de la semántica para hacer de sus principios una historia sin final. 
Justicia. Para erradicar el miedo de unos muchos y el cinismo de unos pocos. Y libros, todos y cuantos podamos adquirir, porque llegará el día en que su consumo llegará al cielo y no por sed de conocimiento, sino porque nos los habrán arrebatado (también), y será entonces cuando lloverá consciencia sobre nuestras cabezas y queramos saborear la miel que ya no tenemos.
Llegar al cielo. Rezar. La fe. Salvarse de no sé quién, o no sé qué. Dios, él sí que sabe de adaptación y resistencia, qué hombre! 
Jueves. Principios. 

4 de febrero de 2015

Re(cuerdos)

Algunas mañanas me despierto abrazando tu recuerdo. Tu recuerdo, que va y viene como un tren de cercanías, que se impone, violentamente, al otro lado de la cama, así, tan tú, sin mí. 
Algunas mañanas recuerdo tus palabras, tan presentes todavía, y quisiera que dónde hubo palabras, ahora haya silencio, silencio compartido y definido, sin adornos, sin metamorfosis burdas de lo que fueron oraciones, plegarias, escaleras directas al cielo. 
Algunas mañanas llueve por dentro, y esnifo esas bajas temperaturas con la única intención de que el frío congele tu mundo y lo convierta en despedida. Porque todo fue -casi siempre- una despedida, primero a otra canción, luego a otra ciudad y -al final- a otra persona. 
Algunas mañanas, ya sabes, te recuerdo. Un recuerdo que es tantas cosas, tantas veces, de tantas maneras.. y por tanto tiempo.