30 de septiembre de 2008

El globo

"Mientras subía y subía, el globo lloraba al ver que se le escapaba el niño".
(Miguel Saiz Álvarez)

PD. Dedicado al niño cometa, que me ayudó a saber que quería quererte.

Desde que no estás tú en este rincón, no se atreve a pasar la luz del sol...

Como todas las noches, me engancho a la idea de despertar y encender la luz sin miedo. Confío en que el viaje continúe sin demasiadas tempestades, las justas. Pero por el camino hay cientos de Aquiles, ya cansados, que cautivan a bellas princesas, resplandecientes, que sueñan con un futuro cargado de prosperidad... A la corta matarían por volver a la soledad que las hacía libres. Y es que vamos creciendo y olvidando que vivimos para combatir el paso del tiempo. Un tema que me marea en estos días, será porque los miedos se han hecho con el territorio y el "entonces" ha quedado rezagado en algún rincón clandestino.

El sábado iremos (si todo sigue en orden) a ver a Extremoduro. Hace ya algunos años juramos y perjuramos no recordar ninguno de sus conciertos, y, por cuestiones más casuales que causales, hemos mantenido dicho propósito. De nuevo, cedo mis sueños a la música, a ver si ella consigue que despierte, y pueda encender la luz sin miedo.

24 de septiembre de 2008

Si Peter Pan viniera...


Con 12 años me llegó la hora, la puta hora de la razón. La que debora emociones, sentimientos e impulsos. Ya todo pasa por el filtro del conocimiento, y pierde autenticidad. Una autocensura despiadada nos persigue y vigila cada vez que queremos ser nosotros mismos. Lo peor de todo es que la muy jodida (la razón, ya sabéis) pretende que le estemos agradecidos, porque sin ella es probable que fuéramos la oveja negra de esta, nuestra sociedad. Y así vamos, pasando desapercibidos y esforzándonos por ser todo lo correctos que se espera que seamos. Es por eso que, a veces, quisiera volver a tener 6 años. Claro que si así fuera, probablemente, no sentiría este ir y venir de reiteradas contradicciones.
El caso es que he decidido enfrentarme a mis miedos, vergüenzas, pudores (o como quiera que se llame la barrera hacia lo discutiblemente prohibido)... ya os contaré mis progresos (ahora me da vergüenza).

16 de septiembre de 2008

Pero sucede también...

Los últimos días, más bien las últimas noches, cuando ya no quedaba momento ni lugar para seguir bebiendo, se desvanecían entre mis neuronas ciertos pensamientos más o menos contables y cantables. La amistad, el amor, la memoria, el apego... palabras que sólo de olerlas me producen un cierto miedo... y es que, con el tiempo, una deja de creer en casi todo, y empieza a hacerlo en sí misma. Y en eso estamos... a ver si, en un golpe de suerte, un día de estos me encuentro de una puta vez.

El caso es que hace un momento escuché un tema del Serrano que viene a decir que siempre hay algo o alguien que nos da ese empujoncito hacia un estado mejor, o, al menos, diferente. Un momento orgásmico en el que nada importa, salvo el saber estar y el saber ser capaz de encontrar una cierta continuidad... o sencillamente, saber disfrutar de esas pequeñas cosas que nos rodean y que, por no sé qué jodienda del ahora, no somos capaces de percibir. En fin, que me voy a la cama, no todas las revoluciones se hacen tras la trinchera.