28 de marzo de 2010

Nos

Según la madre de Rafa, sus canciones se dividen en dos grupos: las bonitas y las otras. Dentro de "las bonitas" está "nos". Con ella me despido durante unos días, en los que trataré de ordenar un poco todo aquello que jamás debió desordenarse.



PD: "Porque nos tenemos el uno al otro, pero somos como fotos colgadas de la pared. Nos buscamos, nos tocamos, pero a veces olvidamos lo que nos cuenta la piel".
Escucharla el viernes contigo ha sido el segundo mejor momento del fin de semana ;-)

25 de marzo de 2010

Migas de pan

Y cuando terminó de caminar, se volvió hacia atrás... para reconocer a una extraña figura, tal vez humana, que había engullido todos y cada uno de los pedazos de pan que había ido dejando en el camino como única posibilidad de volver a los días grises. No pudo contener la alegría, por fin era libre.

24 de marzo de 2010

Hubo una vez...



Un tiempo en el que la perspectiva de futuro terminaba a la vuelta de la esquina, o en el último cuadrado de esa rayuela que nos marcaba el camino. Entonces no conocíamos fantasmas, ni despedidas. Las tinieblas no eran más que el refugio de "los malos", fácilmente reconocidos por su aspecto siniestro y decadente.
En ese mismo tiempo la libertad no era más que el poder cambiar de calle a escondidas y el mundo se escondía alrededor de una manzana. El tiempo perfecto era el presente, el imperfecto vivía, a duras penas, en conversaciones adultas.
Sandra, que muchas veces dormía en mi casa, tenía un Cinexin, verdadera fuente de momentos felices.
Hoy, que quise regresar a aquel tiempo, dí con él. Durante escasos tres minutos todo parecía tener sentido.

23 de marzo de 2010

Don't cry

De jovencilla flipaba con esta canción... hoy sentí la necesidad de escucharla una vez... tras otra.

22 de marzo de 2010

Reuniones

Para qué vamos a disfrazar la realidad y andarnos con artificios literarios: hoy ha sido un día jodido. Sí, y no ha sido cosa del tropezón primaveral, ni caprichos astrales, o mala hostia del lunes... Demos la bienvenida a la vulgaridad y el mal gusto para culpar, otra vez, a esa enormidad que se hace llamar "hijoputez" humana. Y es que, por más que aplico la poca inteligencia que dios me ha dao, ecuaciones humanísticas y hasta análisis factoriales, no llego a comprender qué extraña fuerza mueve a ciertas personas a ser tan sumamente gilipollas. Pero el tema no suele terminar aquí, porque claro, que uno sea un imbécil, en principio, no ha de ser motivo de enervamiento ajeno; el conflicto se produce cuando se sobrepasa la barrera interna o personal... Me molesta profundamente el daño gratuito, el doble juego de acciones y reacciones, pensandas (malpensadas)... Es una gran putada que este tipo de entresijos maquiavélicos, disfrazados de sonrisa, estén más que aceptados socialmente. Y luego nos escandaliza el ruido de un portazo...

21 de marzo de 2010

Celebración de la amistad

En los suburbios de La Habana, llaman al amigo mi tierra o mi sangre.
En Caracas, el amigo es mi pana o mi llave: pana, por panadería, la fuente
del buen pan para las hambres del alma; y llave por...

-Llave, por llave -me dice Mario Benedetti.

Y me cuenta que cuando vivía en Buenos Aires, en los tiempos del terror, él
llevaba cinco llaves ajenas en su llavero: cinco llaves, de cinco casas, de
cinco amigos: las llaves que lo salvaron.

Galeano

A la mierda primavera

Estaba encerrao para no ver a nadie,
abrí una rendija para oir el aire
y oí “ven pacá, cagüendiós”,
yo creí que eras... tú,
aullaron los vientos con su escandalera,
“no veas compadre, la que hay aquí afuera”,
no quiero saberlo, llevároslo todo, dejadme el silencio...

... dejadme que os cuente mi cuento de herida y caricias,
mi historia de nadie, mi nana del hambre, todas mis mentiras,
tal vez embelese y te bese cortándome a tiras,
si buscas deslumbre y encuentras alambre será que descuidas,

más que agua es aguarrás, lo que sudo al despertar
si te veo pasar sola,
se hacen charcos, se hacen olas,
y yo un barrio de chabolas que te quiere bien,
pa que te acuestes en él,
pa que te pierdas con él,

... dejadme que invente que un tren es la libertad mía,
que va donde quiero, sin más traqueteo, sin más tontería,
tal vez no reviente de ganas de andar por la vía,
con penas a miles, borrando raíles, borrando los días,

más que agua es aguarrás, lo que sudo al despertar
si te veo pasar sola,
se hacen charcos, se hacen olas,
y yo un barrio de chabolas que te quiere bien,
pa que te acuestes en él,
pa que te pierdas con él,

no sé nada de correr, no sé nada de ascender,
de esta mierda de arcoiris, del cigarro de después, no sé,
si la vida pasa en cueros, castigao a la pared,
no sé nada de aguantar, no sé nada de achuchar,
de ponerme de rodillas, de llorar para mamar, no sé,
en cuanto acaben los tiros garabatos al papel,
que si me quedo con los dientes relucientes
y embarrao el corazón,
tu tic tac y el mío son el mismo son,
y eso sí que no...

... dejadme que os cuente mi cuento de herida y caricias,
mi historia de nadie, mi nana del hambre, todas mis mentiras,
que ésta es la pataleta que nos da mientras suspiras,
lo que queda del atraco que le dimos a la vida,
de las mantas que liamos todavía queda alguna,
esto queda de los halos que robamos a la luna,
y voy entrándole al día,
y al salir le dejo la alfombra de mierda perdía,
que no se le olvide el planeta en que vive,
y otra vez a la acera,
y así me da la mañana y la tarde y la noche entera...
... y a la mierda primavera.

Marea

17 de marzo de 2010

Dos menos



Ciertamente. Entre las muchas cosas que pasamos por alto en el viaje, están los olores. "Esta casa no huele a amor". Quizás el motivo sea la fuerza ejercida sobre una cerradura, o el miedo a ser feliz. En cualquier caso, siempre nos quedará tiempo para girarla unas diez vueltas. A lo mejor entonces, guiados por esa nota mal escrita, volvamos al lugar donde nos conocimos; no podía ser otro: una pista de baile.

Feliz cumpleaños.

15 de marzo de 2010

Aún te recuerdo

Aún te recuerdo...
con la palma de tu mano en mi jardín,
con la voz de mi piano en tu reloj,
con tu acento acariciándome el amor...

Aún te recuerdo...
goteando notas de felicidad,
con tu mala suerte y mi ropa interior,
con las ganas de parar el ascensor...

Te recuerdo como un niño en día de reyes sin tambor,
como olas de una playa en mes de abril,
escribiéndote en la arena "ven a ver".

Te recuerdo como un preso recordando libertad,
con la duda de si has olvidado ya
entre el llanto de los ruidos de ciudad.

Hay un niño en el mercado que me mira con tus ojos,
ya no sé si por momentos eres tú.
Llega tarde el colectivo y me entretengo con el guiño
del volar equivocado de un avión.

Con sus alas, soñándome ya con ellas,
esquivando nubes, desnudarte como lo hice ayer.
Que, antes de que pise tierra, tiembles de temor
sabiendo la locura que en tus labios fui a beber.

No me atrevo a abrir los ojos,
pues te juro que hace un rato
es tu voz la que escuché, casi gritando.

Y, de no ser tu rostro, acabaría con todo:
con los ríos, las cosechas, los mares, la poesía...

Nadie va a hacerme reír si no es tu risa.

Andrés Suárez

PD: Le tendremos de nuevo esta semana por aquí. El miércoles en la fiesta de presentación de les Nits de l'Art y el jueves en la Sala Zacarías (con banda). Y yo estoy feliz de que, nuevamente, mi casa sea tu casa :-)

12 de marzo de 2010

Abre los ojos

A pesar de haber estado unas cuantas veces en Madrid, todavía no he tenido la oportunidad de visitar El Prado. Si, por variar un poco, los planes deciden seguir de pie, dentro de poco espero plantarme delante de la colección de Goya y dejar pasar el tiempo hasta que alguno de mis compañeros piense en acercarse a mi y cerrarme la boca. Siempre he sentido una extraña y angustiante atracción hacia "El sueño de la razón produce monstruos", no sé si por su retorcida belleza, por la parte romántica del asunto o, sencillamente, por su inquietante mensaje. El caso es que a mi, que razón no me sobra, me aterran los monstruos (dentro del género "monstruo" los hombres lobo se llevan la palma). Por eso, suelo luchar por conservar ese lado racional de las formas, pero me pierden los matices, y las contradicciones, y me encanta descolocar lo que alguno creyó colocar, e incumplir alguna que otra norma... Es muy posible que esa sea la causa de enfado de esos monstruos que algunas noches vienen a visitarme en forma de sueño... Lo mejor es vencerles, dormirse al lado de un buen recuerdo y vivir, con los ojos cerrados, todos esos momentos que durante el día la razón te arrebata.
Feliz fin de semana llena de sueños.

11 de marzo de 2010

Un día cualquiera




- Te quiero muchísimo

- ¿Tanto como para irte otra vez?

- Tanto como para quedarme.... y esperar

La educación de las hadas

9 de marzo de 2010

Defensa de la alegría

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar y también de la alegría.

Mario Benedetti

PD. La alegría. No estaría de más que, de tanto en tanto, lucháramos por recuperarla... puestos a luchar por causas justas...

4 de marzo de 2010

No siempre lo urgente...

Es lo importante.
El día no ha comenzado en orden. Cuando los días no nacen ordenados, parece que vivan mosqueados, y no hay dios que les robe una sonrisa, o una palabra amable. Por mucho que te esfuerces en comprenderlos o escucharlos, no sueltan prenda. Así que la mejor opción es aceptar que, sí o sí, te esperan 24 horas de inquietud, parábolas y repetición.
Aquí no hay música que valga, ni desconexión posible: el reloj te llama inepta, el teléfono, callado, evidencia un poco más de soledad y al fogón le da por llamar la atención y oscurecer (más de la cuenta) lo que fuera el principio de un momento privilegiado.
Como no encuentro forma de dialogar, decido acabar a hostias con este caprichoso 4 de marzo. Por eso, marco tu número, después el tuyo y, finalmente, el de usted.
Acabo de colocar al de las manillas en el segundo cajón, junto con el estúpido ese que de vez en cuando hace "pi-pi". Al pastel de queso le deben faltar unos 10 minutos. Los momentos privilegiados merecen otra entrada...