Tener un mal día. O dolor de cabeza, demasiado trabajo. No estar de humor (qué ridícula resulta esta expresión si te paras a analizarla). Sentirse cansad@... frases que, frecuentemente, utilizamos para justificar nuestra mala leche o, en mejor medida, ciertas poses pseudoformalísimas, políticamente correctas...
Algunas veces, directamente, no tenemos ningunas ganas de justificar nada ante nadie y pasamos a enmudecer (o refunfuhablar), provocando en nuestros allegados una sensación de desconcierto, miedo, culpa...
Pasen y entren, sean bienvenidos al maravilloso mundo de los humanos, buscadores de razones y causas externas, escapistas de nosotros mismos y alrededores, protas de un sinfín de tesis, retesis, másters, ciclos, reciclos, triciclos...
Por eso, en primera y última instancia, lo mejor es protegerse y, aún así, andarse con ojo, porque el daño, aunque involuntario –o eso quiero pensar-, es gratuito, y a día de hoy, todavía existen algunos que, puestos a racionalizar recursos, sacrifican la esencia, la vida... para permanecer inertes, cansados, moribundos...
PD. Hoy estoy contenta y, lo mejor de todo, nadie puede cambiar este hecho.
¿Quién puede matar a un influencer?
Hace 2 años