30 de mayo de 2017

Los mismos bares

Tenía una "libreta de reflexiones" que sacaba de su mochila en las noches de tequila, limón y juegos de lengua y desafíos. A veces ojea sus páginas, vestidas de cientos de "te quieros" que avivan la teoría causa efecto/ alcohol amor. Cuando se siente muy sola, le invade la tentación de creerse alguno de ellos, y pasar por alto el escalofrío de los silencios infinitos.
Sonríe mientras sus pupilas se deslizan por la genialidad de algunas frases, escritas desde el estómago comprimido a punto de vomitar. "Aquí estoy borracha, en este bar de dudas", esa es su preferida. La escribió en Berlín, durante un concierto de jazz de un tipo con melena y ojos huracán. ¿Qué será de él? ¿Se habrá cruzado con la felicidad?
Le da un poco de miedo colocar sus recuerdos en la parcela de tiempo que les corresponden, y no por nostalgia o añoranza, sino por los dos dígitos numéricos que los separan ya de su presente. De todo empieza a hacer ya demasiado tiempo, y algunos sueños siguen en su libreta de reflexiones, dispuestos a salir volando de esas páginas y caer en plan meteorito delante de su mirada triste "creías que no nos volveríamos a ver? va! desnúdate!"
Y algunas noches vuelven a escribir. Ahora hay más certezas que dudas, maldita sea. Y más limón que tequila. Maldita sea también.