19 de diciembre de 2008

Adios...

Hay despedidas que, como los amores, duran toda la vida. Pérdidas que, muy lejos de difuminarse lentamente hasta desaparecer, se van clavando hasta matarte. De eso moriremos algunos, de pena, por dejarnos arrastrar por esas ausencias asesinas.

Otras tantas, también como los amores, duelen durante un período determinado, en el que más que caminar por la vida, arrastras los pies con desgana pidiendo a gritos topar con alguien que te ayude a salir de ésta.

Las provisionales (seguimos hablando de despedidas) tienen su gracia, porque, a pesar de que el intervalo de ausencia no suele ser largo, sabes que terminarás viviendo nuevas historias que, a pesar de no ser las tuyas, las sientes como tal. Nunca estuve en Nicaragua, pero conozco hasta las calles que el paso del tiempo olvidó.

Pero lo peor de todo son las partidas en las que ni siquiera hay tiempo para despedirse. Y los días están cargados de imperfecciones y malas noticias; sólo deseas que pasen deprisa, y esta vez no es por volver a verte, sino por superar tu pérdida. También esperas un llamada, que no viene; o un encuentro inesperado que, lo sabes, tampoco viene, ni vendrá.

El destino no perdona. Y cómo dice Jor, si no es hoy, hubiese sido ayer, o mañana... Es por ello que, con una buena dosis de achuchones amigos, la fuerza incansable de su presencia, los buenos recuerdos y la indiferencia de las puñaladas, consigo, feliz, brindar por tiempos mejores.

18 de diciembre de 2008

17 de diciembre

Algunas noches, conciliar el sueño es una opción que camina unos cuantos pasos por delante de tus narices. Llega a ser desesperante, porque sería lo único que pudiera tranquilizarte, y corres, hasta que te das cuenta de que, por más que te esfuerces, hoy no dormirás.
También las buenos momentos corren, y se escapan. Y si te descuidas, no vuelven a aparecer. No estoy hoy para nada, prácticamente para nadie, porque perdí. Perder entristece, y parte de ti, nunca vuelve a sonreír.
Hoy no es un buen día, hoy no es nuestro día. Mañana tampoco lo será, ni pasado, y estos navajazos en el pecho, me dicen que nunca lo será.

Celebración por estos lares, y algunas veces ni me da tiempo a llegar al baño y llorar. Porque ya sólo queda eso... llorar.

14 de diciembre de 2008

Hoy he vuelto a caer - Boikot

Me cuesta respirar,
pierdo los nervios;
apuesto mi vida por ti;
llamamé sin rencor,
que hace tiempo,
que voy sin reloj;

En tu cabeza se esconde,
lo que no puedo encontrar.
Hoy he vuelto a caer,
y además me he vuelto a perder;

No tengo nada que esconder,
busco tus deseos,
y sólo quiero:
Romper el cielo a pedazos,
comerme el mundo a bocados,
llevar tu nombre grabado.

Me cuesta respirar,
pierdo los nervios;
apuesto mi vida por ti,
me tengo que escapar ,
es suficiente

sin mirar atrás.

Cuéntame, cómo estás;
Hoy parece que vas sin disfraz
ya me tragué tus mentiras,
para bien o para mal.

Hoy he vuelto a caer,
y además me he vuelto a perder,
no tengo nada que esconder,
busco tus deseos,
y sólo quiero...

Romper el cielo a pedazos,
comerme el mundo a bocados,
llevar tu nombre grabado.

Si volviera a nacer,
te buscaría otra vez;
hundir la nariz,
esnifaría tu sexo,
sin tiempo pa respirar.

Tengo mi vida tendida en una cuerda
y son las horas del sol de la mañana,
lágrimas secas de aquella madrugada
de nuevo aspiro, tu aliento en mi almohada.


Si no le importa nadie,
esta noche no amanece;
Son ya las 6:30,
¿dónde estará la gente?

Si volvierá a nacer,
te buscaría otra vez,
hundir la nariz;
Esnifaria tu sexo,
sin tiempo para respirar


*No me gusta hacer planes de antemano, pero estoy deseando que llegue el sábado 20 y plantarme delante de su revolución, en todos los sentidos.

26 de noviembre de 2008

Llamadas perdidas

El paso del tiempo no deja a nadie indiferente, y menos cuando vives sin miedo a los excesos. Llega a ser preocupante como ciertas ideas de discutible importancia rondan en la cabeza de una durante años, y un buen día, ceden amablemente el paso a verdaderas obligaciones. Tareas que no puedes eludir, y que te dejan sin fuerzas, sin sonrisas, sin tiempo... y esta vez el paso del tiempo ya no es una putada ajena, sino una realidad propia, que vive en cada cena, en cada canción...

Cada vez cuesta más trabajo hacer planes y no anularlos a última hora por una llamada urgente, inquietante. Relativizar, esa es la palabra. Mirar alrededor, y comprobar que no estamos tan mal, consejos de siempre, inútiles, por otra parte.

18 de noviembre de 2008

Mañanas

Me gustan mis despertares. A eso de las 6.30h, puntual, Calcetín se enzarza en una especie de lucha ruidosa con la planta de la habitación, mientras Josete intenta, sin demasiado éxito, atraparlo y encerrarlo en algún otro lugar de la casa. A partir de entonces es imposible conciliar de nuevo el sueño, y el mal humor matinal comienza a transformarse en risas, los gritos de rigor, escenas un tanto absurdas y pequeñeces que hacen de esas horas la mejor manera de comenzar el día.
Los martes, además, suelen ser aún más especiales, porque, desde hace una eternidad, Jor y yo aprovechamos "el mercadillo de debajo del puente" para tomar el primer café, acompañados siempre del bullicio tan característicos de las paradas, los primeros gritos de reclamo de los vendedores y ese mítico olor a pueblo... Con un frío que te llega al último hueso del cuerpo, a las 7.12h pedimos ese "cafelito bueno", y conversamos sobre cualquier vanalidad, o no...
En definitiva, me gustan los martes, me gustan mis mañanas, me encanta que forméis parte de ellas.

17 de noviembre de 2008

Porque el amor cuando no muere, mata...

A Sabina me lo presentó él:
-"Ya es hora de que aprendas algo de la vida... y de la música. Empecemos por el maestro. Cualquier chorrada cantada por él, suena de puta madre". Y así empecé a vivir con sus letras, y con su compañía, un tanto peligrosa para una niña de 14 años.

Durante unos años, cada vez que me atrevía a pisar el terreno de lo "prohibido", lo achacaban a su influencia: -esta niña cada día se parece más al J., decían; comentario que, por otra parte, me producía más satisfacción que ganas de escarmentar. Y cuánto más años cumplía, más me esforzaba en ser como él: su música sonó en mis primeros conciertos, leí cada libro que pudiera llamar su atención ("Cuando el cielo bajo y grávido pesa como una losa sobre el espíritu gimiente..."), heredé su amor por latino américa, su pasión por los que menos quieren y más necesitan... pero también me enseñó a vivir con miedo, y a querer desaparecer cuando nada funciona como debiera.

A los 16 le perdí la pista, desapareció, como el cartero de Neruda. A veces venía a esperarme a la puerta del instituto, pero por aquel entonces sus historias ya no me emocionaban demasiado, hecho que debió intuir porque sus visitas menguaron, hasta convertirse en encuentros poco casuales acompañados de ciertas necesidades... Y es que, muchas veces, necesitamos querer, y, sin querer, seguimos necesitando. Por eso a día de hoy, su hija debe necesitarle, seguramente menos que yo, que me licencié en necesitar.

Durante un tiempo, en que supo que me estaba muriendo, creí sentirle en algún antro. Sé que estaba, nunca me costó sentir su presencia.

La última vez que le vi, ya no tenía el pelo largo. Vestía unos baqueros ajustados y una camiseta del maestro (Rosendo, esta vez). Debía pesar unos 10 kilos menos. No había gran cosa detrás de esa mirada ausente, humo quizá.
Había menos gente de lo esperado en el Palau d'Esports de Vall d'Hebrón, "es el rocanrol música para sólo unos cuantos privilegiados". Tocaba Barricada y Jose andaba con prisas (una meada y palante). Por el camino le vi, me detuve frente a él. Le costó reconocerme pero no tardó en sonreir. Una sonrisa amable, como si las tardes de antaño comenzaran a dar fruto. Creo que le gustó mi aspecto, y el de mi pareja. Y estoy segura, casi tanto como de que jamás me lo dirá, de que se sintió orgulloso de mi, o lo que es lo mismo, de lo que él podría haber sido. Nos abrazamos muy fuerte, ante la mirada sorprendida de Josete, y así estuvimos un buen rato. Me besó cien veces o más y lo único que consiguió decir fue algo parecido a "te quiero" (o eso creí entender, o eso quise entender). Y desapareció... como lo hizo el cartero de Neruda.
De camino al lavabo... "¿quién era, Mariajo?, me preguntó.
Es mi hermano.

11 de noviembre de 2008

Bendita rutina

Nos pasamos la vida renegando de la rutina, maldiciendo, uno a uno, cada día igual o parecido al anterior; deseando que nos ocurra algo "diferente", que nos demuestre que somos algo más que máquinas adiestradas... Lo jodido es que, algunas veces, esa diferencia viene de la mano de algún golpetazo en las entrañas. Después de un par de días acompañada de sirenas, salas de espera, miradas impacientes y atemorizadas... sólo puedo decir que deseo, más que nada en el mundo, que regrese la rutina.

2 de noviembre de 2008

Vine del Norte

Hoy va de canciones, de esas que, despiadadas, consiguen conquistar viejas heridas, abriéndolas de nuevo. Canciones que duelen, a pesar del tiempo y la distancia. Canciones que, a las doce del medio día sólo provocan un cierto gesto de recuerdo, pero que la madrugada las transforma, y el alcohol las coloca ahí adentro, y no salen, por mucho que te tapes los oidos.

Hay una canción que me acompañó durante el tercer año de carrera. A esas horas en que debería estar prohibido levantarse, salía de casa y me refugiaba en mi viejo Ibiza. Colocaba la cinta, y escrupulosamente buscaba el minuto 27. Salía en silencio del barrio, para que nadie pudiera reconocerme y, una vez, adentrada en la ronda apretaba el Play. Y entonces comenzaba a llorar, y a maldecir mi vida por no regalarme historias como las de la canción. Y, de nuevo, pensaba en los mismos momentos en que el resto del día luchaba por borrar, y en los paseos por la playa.

A día de hoy, todavía no puedo escuchar "Vine del Norte" sin que me duela. En sus conciertos, me tapo con fuerza la boca, para no gritar de pena, o melancolía, qué se yo. Pero a pesar de todo, no conozco canción más bella. Y sigo esperando el día en que pueda escucharla sin sentir que me quedé en la mitad. Sigo esperando el día en que alguien quiera carretear conmigo las calles de Santiago.

"Vine del norte buscando una canción y una cruz, y allí se cruzó un cometa, y en su estela estabas tú. En Madrid seguiría lloviendo, triste como lo dejé, y en Santiago con tus luces y su noviembre me quemé.
Y fue después de un concierto, una noche en tu universidad, allí te encontré de nuevo, "Hoy te invito a carretear". "Acepto gustoso tu oferta, sólo con una condición: que no se acabe esta noche y que no me enamore yo".
Andando por La Alameda, tú me empezaste a contar causas, azares y luchas, en estos días y al pasar por delante de La Moneda, tú tarareaste a Jara. Me miraste, "Así tan duro, tienes un aire a Guevara".
Y entramos en un bareto, y allí alguien cantaba a Fito. "A este paso me enamoro, sólo me falta otro pisco". "Déjate de historias, súbete ahí, y cántame una de Silvio". "Sólo si me das un beso", y todos cantaron conmigo.
Salimos del bar borrachos, agarrados de la mano, y en la calle como siempre jodiendo andaban los pacos. Tú les gritaste "¡Asesinos!", y los dos echamos a correr. Tú reías, y en tu risa yo me veía caer.
Pero, "¿Dónde has estado este tiempo? Se hace tarde, vete a casa", y en tu abrazo a lo lejos, creí oír a los Parra, cantando para nosotros. Será mejor que me vaya. Ahí quedé, solo, gritando, sin ti, "Te recuerdo, Amanda".
"Te recuerdo, Amanda".
Al tiempo llegué a mi norte, con una canción y una cruz, con la estela de un cometa, con tu mentira y con tu luz. En Madrid seguía lloviendo, tal y como lo dejé, y en Santiago tantas cosas, hoy me muero por volver.
Hoy me muero por volver. "


Vine del Norte -I. Serrano.

28 de octubre de 2008

Sin contrato


Vamos a romper las reglas, por ejemplo, siempre. A reir ahora, a tocarnos, a matarnos con la mirada, a fumarnos la sensación de repetir, a crecer para atrás, y vivir equivocados.

Y vienes del trabajo, y me besas, y no poder parar. Entretenerte con una caricia y desear que acabe pronto, para que vuelvas a entretenerte con una caricia... y desear que no acabe nunca.

Y volar, y vivir ese momento, de nuevo rompiendo reglas, porque son las dos de la mañana y acabamos de despertar; porque el cansancio y temor por madrugar se hacen invisibles, y me siento más viva que nunca, aunque ya podría morir tranquila.


Vamos a desordenar cualquier momento, por ejemplo, ahora. A apartar los apuntes para besarnos, para recorrer tu vida en menos de diez minutos, y sentir que mi estómago es un hervidero de cualquier cosa. Y a cambiar tranquilidad por furias que acaban en la cama, o en el suelo. Y a apartar la guitarra porque ahora suena otra canción, la tuya, la nuestra.


Vamos a romper cualquier hábito. Y beber vino en la taza del colacao. Y brindar, y cantar, y bailar y cerrar los ojos y caernos al suelo; y no podernos levantar. Y vivir así, como anoche, sin reglas, por ejemplo, siempre.

26 de octubre de 2008

A la mierda primavera

Y otoño. A la mierda todo y todos. A la mierda las canciones que regalo, y los regalos que se vuelven a regalar. A la mierda todo. A la mierda todos.

21 de octubre de 2008

El porqué de tus silencios

El porque de tus silencios que quieres ocultar
el porque de tanto tiempo sin hablar,
Dios te libre de inventar de mentir o de callar cuando cantas,
como un pájaro indefenso bajo la tempestad
aún encuentras fundamentos en la ruina cruel
de tu memoria al recordar el porqué de tus silencios
y las huellas de tus pies en la arena frente al mar
borradas por el vaiven de las aguas;
el fin es el comienzo ya nadie te espera
no sabes si sales o si entras
son asuntos de familia que no se pueden tratar,
la gente no cambia los genes no engañan
y tus flechas nunca dan en el centro del blanco de la diana
y las huellas de tus pies en la arena frente al mar
borradas por el vaiven de las aguas;
el fin es el comienzo ya nadie te espera
no sabes si sales o si entras
que dificil es poder poner todos los días
un poco de luz en tus venas,
y las huellas de tus pies en la arena frente al mar
borradas por el vaiven de las aguas
el fin es el comienzo ya nadie te espera
no sabes si sales o si entras.

Del CD de Núria me quedo con esta, que no se bien por qué, pero me ha encantado. Ahora sólo falta darle un poco de sentido.

16 de octubre de 2008

Espérame en La Habana


"Esta ciudad amanece siempre entre secretos y por todos sus rincones no se esconde más que vida. Toda libertad florece aquí con desmesura, toda pasión arrasa y se desborda. Difícilmente podría sentirme en ningún lugar del mundo tan humano y colmado de vida como al borde de este mar luminoso y amable, inmerso en esta ciudad que cada día nos depara pasiones y emociones intensas. Si un día volviera a nacer, no lo dudéis, no habría dificultad alguna para hallarme: sólo tendríais que venir aquí, sólo tendríais que esperarme en La Habana"
La Habana, agosto del 2003.
No nacer en Cuba ha sido, sin duda, la venganza de algún dios poco cuerdo o alguna diosa muerta de envidia. ¡Putos dioses, siempre tan caprichosos! Hay demasiados destinos, miles de rincones por descubrir, sin embargo, ante la idea de un viaje relativamente cercano, mis deseos vuelan hasta la página 12. Y es que, con la misma fuerza del primer amor, La Habana se aposenta ahí dentro y, ni el tiempo, ni la distancia consiguen hacerla desvanecer (ni siquiera un poquito).
En estos días en los que todo pensamiento se pervierte y desvía hacia caminos poco usuales, es cuando más echo de menos su olor, su silencio roto por perfectas melodías enemigas del ruido vanal, sus rostros alegres, cansados de un régimen deteriorado, pero alegres al fin y al cabo... Casi nada me haría tan feliz como volver a sentirte.

12 de octubre de 2008

Mensaje en una botella

Hace ya siete meses, tres días y dos horas
naufragué en esta isla que no está en ningún mapa.
La primera semana lloré como un muchacho
asustado y el miedo vino a vivir conmigo.
Luego maldije a Dios los quince días siguientes.
Y me pasé tres días sin agua ni comida.
Los siguientes dos meses he añorado tu cuerpo
y soñado con el tibio roce de las sábanas.
Cada noche encendía hogueras en los montes
pendiente de que un barco pasara por delante
de esta isla maldita . Y en la playa he dejado
mensajes de socorro pidiendo que vinieras.
Arrojé cien botellas con mensajes urgentes.
Y durante tres meses aprendí que la vida
es un cangrejo, un fruto, el agua del torrente,
el sol que cada tarde pinta de rojo el agua.
Ya no siento temores. Recuerdo vagamente
que más allá del mar hay fusiles y espadas
y hombres que maldicen haber nacido un día.
Y que aquel mundo era una isla de monstruos.
Ayer me desperté cantando sin que nadie
me dijera: “Estás loco ¿A qué tanta alegría?”
Y cada tarde escribo en la arena unos versos
que borran las mareas y que de nuevo escribo.
Hoy he visto pasar un barco no muy lejos.
He apagado raudo la luz de las hogueras
y he borrado todos los mensajes de auxilio.
Afortunadamente el buque ha pasado de largo.

Pd1. No es un tema de amantes o amigos. Ya me encontré, ahora sólo necesito poblar mi isla. Deseé que vivieras en ella. Pero acepto, feliz, que sólo seas un huesped. Siento esta tarde.

Pd2. Me conoces tanto que es imposible coger un desvío. Gracias por esta tarde.

Pd3. Te amo. Creo que viviremos solos en esta isla, y nada en el mundo me puede hacer más feliz.

Ale, pa los tres "hombres de mi vida". Al menos a día de hoy.

Tarde de domingo

... En la que nadie dispone de un hueco para mi.

6 de octubre de 2008

Yo sé que mi vida es un exceso...



Pocos hombres me ponen tanto como Robe. De joven, esta foto presidía mi escritorio y me ayudaba a que las horas de estudio fueran un tanto menos aburridas. Mirarla suponía pensar en Pueblo Nuevo, en los litros de kalimotxo que se esfumaban en la sobremesa y comenzaban a hacer su función a eso de las 6 de la tarde. Hora en que irrumpíamos en cualquier garito para continuar bebiendo... Por aquel entonces, no percibíamos el paso del tiempo; como mucho lo notaba el estómago, o la garganta... BB+, Ceferino, Pepe y Q3, este era "el rollo de siempre". Al Lobo, casi siempre, iba yo sola. No quería terminar la semana sin verle, aunque fueran unos pocos minutos. Casi siempre estaba acompañado, hecho que me empujó a suplirle por no sé cuántos intentos de relación fallida... eso sí, de autoestima andaba bien servida, y de buena fama, también.
Casi diez años callejeando por allí, cada rincón es una canción, un recuerdo... descampados por los que sólo paso acompañada por un nudo en la garganta, matices, miradas, sexo en algún baño, pactos de amistad eterna (ahora ya rotos)... Momentos únicos, todos ellos distintos salvo en un pequeño detalle... la banda sonora siempre la ponía él.

30 de septiembre de 2008

El globo

"Mientras subía y subía, el globo lloraba al ver que se le escapaba el niño".
(Miguel Saiz Álvarez)

PD. Dedicado al niño cometa, que me ayudó a saber que quería quererte.

Desde que no estás tú en este rincón, no se atreve a pasar la luz del sol...

Como todas las noches, me engancho a la idea de despertar y encender la luz sin miedo. Confío en que el viaje continúe sin demasiadas tempestades, las justas. Pero por el camino hay cientos de Aquiles, ya cansados, que cautivan a bellas princesas, resplandecientes, que sueñan con un futuro cargado de prosperidad... A la corta matarían por volver a la soledad que las hacía libres. Y es que vamos creciendo y olvidando que vivimos para combatir el paso del tiempo. Un tema que me marea en estos días, será porque los miedos se han hecho con el territorio y el "entonces" ha quedado rezagado en algún rincón clandestino.

El sábado iremos (si todo sigue en orden) a ver a Extremoduro. Hace ya algunos años juramos y perjuramos no recordar ninguno de sus conciertos, y, por cuestiones más casuales que causales, hemos mantenido dicho propósito. De nuevo, cedo mis sueños a la música, a ver si ella consigue que despierte, y pueda encender la luz sin miedo.

24 de septiembre de 2008

Si Peter Pan viniera...


Con 12 años me llegó la hora, la puta hora de la razón. La que debora emociones, sentimientos e impulsos. Ya todo pasa por el filtro del conocimiento, y pierde autenticidad. Una autocensura despiadada nos persigue y vigila cada vez que queremos ser nosotros mismos. Lo peor de todo es que la muy jodida (la razón, ya sabéis) pretende que le estemos agradecidos, porque sin ella es probable que fuéramos la oveja negra de esta, nuestra sociedad. Y así vamos, pasando desapercibidos y esforzándonos por ser todo lo correctos que se espera que seamos. Es por eso que, a veces, quisiera volver a tener 6 años. Claro que si así fuera, probablemente, no sentiría este ir y venir de reiteradas contradicciones.
El caso es que he decidido enfrentarme a mis miedos, vergüenzas, pudores (o como quiera que se llame la barrera hacia lo discutiblemente prohibido)... ya os contaré mis progresos (ahora me da vergüenza).

16 de septiembre de 2008

Pero sucede también...

Los últimos días, más bien las últimas noches, cuando ya no quedaba momento ni lugar para seguir bebiendo, se desvanecían entre mis neuronas ciertos pensamientos más o menos contables y cantables. La amistad, el amor, la memoria, el apego... palabras que sólo de olerlas me producen un cierto miedo... y es que, con el tiempo, una deja de creer en casi todo, y empieza a hacerlo en sí misma. Y en eso estamos... a ver si, en un golpe de suerte, un día de estos me encuentro de una puta vez.

El caso es que hace un momento escuché un tema del Serrano que viene a decir que siempre hay algo o alguien que nos da ese empujoncito hacia un estado mejor, o, al menos, diferente. Un momento orgásmico en el que nada importa, salvo el saber estar y el saber ser capaz de encontrar una cierta continuidad... o sencillamente, saber disfrutar de esas pequeñas cosas que nos rodean y que, por no sé qué jodienda del ahora, no somos capaces de percibir. En fin, que me voy a la cama, no todas las revoluciones se hacen tras la trinchera.

30 de junio de 2008

Para ti

Es imposible dejar de llorarte, de amarte, soñarte... Cambiaría mis mejores momentos por un sólo segundo contigo, tocándote de nuevo, como entonces. Como cuando estabas ahí, siempre estabas ahí. A veces te huelo, estamos tan cerca que maldigo al tiempo por querer despertarme. Otras veces te miro, siempre en la misma foto, porque es la única que aprendí a mirar sin morirme... y, a pesar de ello, me muero.
Te necesito tanto...
Te debo mi vida, lo que soy, lo que sé, lo que dejé atrás y lo que ha de venir, las risas, ilusiones... no hago otra cosa que quererte.

23 de mayo de 2008

Un poco de chocolate



Fantástica escena de "Un poco de chocolate". Una de esas películas que tanto me gustan, sin demasiado envoltorio pero con un contenido que hace temblar. Nada que decir de la interpretación de Alterio, sencillamente genial. Dos horas de reencuentro con lo verdaderamente importante, una lección de "querer continuar", porque, al fin y al cabo, la vida no ha hecho más que empezar para nosotros. Emotiva, pero sin caer en el llanto fácil (pese a que yo me pasé un 80% de la peli llorando), da un paseo por las vivencias de cuatro personajes entrañables que entrecruzan sus vidas en un pequeño pueblo del norte.
Y poco más, como dice Lucas: "todo lo que he hecho contigo, sólo lo he hecho contigo".

Feliz fin de semana

Para quien quiera más info: www.unpocodechocolate.com

22 de mayo de 2008

Volvemos a la carga

Hace demasiado tiempo que no paso por aquí. Supongo que no he sentido la necesidad de compartir nada, puesto que nada bueno ha pasado en este tiempo (al menos si paramos a compararlo con los desastres que he ido viviendo). Y yo que creía que lo peor había pasado...
Pero como el mal trago ya está digerido, y empiezo a notar un cierto regustillo dulce a mi alrededor, he decidido volver por aquí a dar un poco el coñazo.
A modo de resumen:
- Mi vida personal va viento en popa a toda vela... tus acordes siguen manteniéndome viva.
- Tengo demasiado trabajo, pero me gusta. Por fin finalizaron los cursos y, durante un tiempo, no tendré que relacionarme con "la imbécil de al lado" (como diría Irene, "Mariajo, eres una groserita; te estás maleando"). Y sí, es hablar de ella y no hay reglas de educación que valgan.
- En breve, exámenes... cada noche me propongo estudiar, pero resulta que no puedo, porque Javi ha regresado a mi vida y no quiero que se marche nunca más. Así que prefiero estar hablando con él a repasar los estadios cognitivos de Piaget, ciertamente.
- Ya casi soy maestra en Reiki, pero aún tengo pocos pacientes. Jose y mi gato son los únicos que se prestan a pasar por mis manos... tiempo al tiempo.
- Nuevamente, he encontrado mil soluciones en mi música. No hay nada como estar delante de un escenario, bien acompañada y con su mano bien cerquita...

Estoy pensando que en este tiempo sí me han pasado cosas buenas... esos pequeños tesoros que una no valora porque están ahí... cualquier día me vuelvo cristiana y me pongo a dar gracias a dios por poder decir que, a pesar de todo, siempre hay alguien que vive para hacerme feliz. Hasta entonces se lo tendré que agradecer a Jose (porque es lo más valioso que tengo) y su familia, a Miguel y papá, a esos amigos que no escatiman en consejos, llamadas, ánimos (Irene, Geny, Maria, Jordi, Adri, Marcel, Lea...).

Ale, hasta mañana (que me pongo ñoña).