Sabíamos, los dos, que hoy la vida sería una escalera de grises, que no vale la pena subir ni para estar un poco menos lejos del cielo. Lo sabíamos tan bien y tan cerca que no he tenido los cojones de agarrarme a cualquier atisbo de salvación que tuviera la puta valentía de llevarnos la contraria. Nos caemos y no tenemos la mínima intención de levantar la mirada para rendir devoción a esa esfera celeste que nos castiga con rayos de agua vaporizada y asesina. Y en medio de todo este carnaval de músicas y recuerdos, el mundo parece aliarse con el desastre que es tenerte tan lejos, y los "buenos días" son metálicos, los poemas de Ángel demasiado necesarios, y a los sobres les falta corazón.
Hace un rato, volví a ojear tu libro, esa puta maravilla que es repasar todas y cada una de las heridas que tú mismo te has dibujado en el alma. "No es tan raro, de tener cerca a alguien como yo, también optaría por la independencia", decías, tan comprensivo y cuidadoso.. tan equivocado. Y yo aquí, de-pendiendo y llorando, haciendo malabares para llevarnos la contraria en lo del gris y las escaleras, y luchando por agarrarme al recuerdo de tus versos, en voz baja, sobre mi oído.
Barcelona, 13 de enero de 2013.
5 comentarios:
Bien, pero cuando leo estas cosas no puedo evitar sentir cierta pena, como si los que no vagamos por la gran capital tuviéramos poco o nada que ver contigo, a pesar de quererte y necesitarte tanto.
Hostia! Definitivamente, hoy cada uno bailamos al compás de nuestra propia película. Nada que no pueda solventar una tarde de cervezas.
Oh, pero si también escribes! Si me lo permites...empezaré a leerte.
Preciosa canción, por cierto.
Saludos.
pd: soy Karen, del sábado aquel en el Vergüenza Ajena.
Bonita! No sé si podemos llamar "escribir" a lo que yo hago.. En cualquier caso, eres bienvenida! Aquel sábado.. Dudo que lo olvide en tiempo.. Un abrazo fuerte, pequeña inmune a la cerveza!
"Estaré bien, aunque olvidarte me cueste la vida"
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