24 de enero de 2010

Carta de un náufrago

Hace ya siete meses, tres días y dos horas
naufragué en esta isla que no está en ningún mapa.
La primera semana lloré como un muchacho
asustado y el miedo vino a vivir conmigo.

Luego maldije a Dios los quince días siguientes,
y me pasé tres días sin agua ni comida.
Los siguientes dos meses he añorado tu cuerpo
y soñado con el tibio roce de las sábanas.

Cada noche encendía hogueras en los montes
pendiente de que un barco pasara por delante
de esta isla maldita . Y en la playa he dejado
mensajes de socorro pidiendo que vinieras.

Arrojé cien botellas con mensajes urgentes.
Y durante tres meses aprendí que la vida
es un cangrejo, un fruto, el agua del torrente,
el sol que cada tarde pinta de rojo el agua.

Ya no siento temores. Recuerdo vagamente
que más allá del mar hay fusiles y espadas
y hombres que maldicen haber nacido un día.
Y que aquel mundo era una isla de monstruos.

Ayer me desperté cantando sin que nadie
me dijera: “Estás loco ¿A qué tanta alegría?”

Y cada tarde escribo en la arena unos versos
que borran las mareas y que de nuevo escribo.

Hoy he visto pasar un barco no muy lejos.
He apagado raudo la luz de las hogueras
y he borrado todos los mensajes de auxilio.
Afortunadamente el buque ha pasado de largo...

PD. La semana que se avecina pinta dura, ahora mismo saldría corriendo a una isla (Peumayen, por ejemplo) y, una vez allí, buscaría la manera de traerte conmigo para no regresar jamás. Pura vida!

4 comentarios:

Jordi dijo...

"Buscaría la manera de traerte conmigo"... espero que hables de mi, porque ya me explicarás qué cojones hago yo en la vida si tú te vas a una isla...

Mariajillo dijo...

Cada día te enviaría mensajes en una botella. Y allí en el infinito te querría, y fumaría pipa pensando en banderas de colores y autobuses que caminan hacia atrás. Conservaría en algún bote de cristal la seguridad de apretar tu mano durante 13 segundos, y mandaría al cuerno a todas las despedidas y desencuentros. Y me sentiría profundamente feliz al darme cuenta que, por muy bien que se viva allí dentro, siempre quedarán motivos para regresar.

Er daví dijo...

Ya tienes acompañante para los dos conciertos de Ismael? O llego tarde como siempre?

Mariajillo dijo...

Como siempre :-)
Pero podemos tomar un café y ponernos al día...